Cuando conocí a Gianna, era un hombre orgulloso, primero dominante. Ahora, han pasado semanas desde que soy su esclavo. Mi señora me venda los ojos, me mantiene atada, desnuda, y me recoge cuando quiere. Su cuerpo carnoso me volvía loco, sus enormes pechos ... Me paralizó. Escucho los pasos de Gianna acercándome y sé que llega mi turno. Gianna se acerca, me lame la nariz como una leona, luego mira mi polla para chupar, hincharse y atascarse entre sus gruesas chaquetas de carne. ¿Cómo me resisto? Estoy lista para hacer cualquier cosa para satisfacerla, lamer profundamente su ano, hacer que venga con mi lengua, sostener mis rodillas ante ella ... Cuando trato de resistirme, ella agarra mi cola, se arremolina y me deja con todo mi fuerza hasta que me rompa. Joder, veo su perra del cuerpo ondeando en todas las direcciones, lanzando sus curvas, escucho sus gritos resonar la perra por toda la habitación. No podia resistir. Atrapada entre sus grandes tetas perra, mi polla solo puede correrse una vez más, y cubrir toda mi esperma ...